Por: Jesús Padilla
Cuantos años han pasado ya desde mi primer amor. Cuanto tiempo transcurrido desde que mi corazón sintió los primeros pálpitos provocados por esa sangre caliente que inundó mi cuerpo cuando me enamoré. Que bonita e inolvidable experiencia. Aún recuerdo esos momentos que quedaron perennes y escondidos entre los tejidos de un corazón curtido en mil batallas.
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Como una hermosa rosa de rojos pétalos,
así es el amor cuando penetra
en la urna de nuestra corazón |
La vida no es fácil para nadie, todos hemos pasado en algún momento de nuestra terrenal existencia por espacios de tiempo que hemos querido olvidar e intentar pasar página. Unas veces lo hemos conseguido otras, simplemente, los hemos archivado temporalmente, hasta esperar mejores tiempos para solucionar lo que no es un problema sino una carencia.
Cada año, cada 14 de febrero, nos encontramos irremediablemente con el recuerdo de amores presentes y pasados, e incluso futuros. Amores que llegan a cualquier edad, para algunos/as de manera precoz, a otros/as en la pubertad de la vida, y al los que menos en el ocaso de esta. Sea como sea que bonito es amar, que bonito es entregarte a la persona que quieres.
Recuerdo aún esa primera mujer que encontré en mi vida. Dicen que el primer amor nunca se olvida porque es el que abre y pone en marcha esos sentimientos que parecen multiplicarse la primera vez. Mi corazón latía a mil, a tres mil, diría que latía tan fuertemente que casi se salía de la caja torácica, crecía y crecía en cada latir, en cada muestra de amor, en cada cosa que hacía. Inenarrable, inolvidable. ...
VEGUEROS S.M.
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