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¿Y QUE IMPORTA ESPAÑA?
Por : Jesús Padilla
En
Septiembre de 1810 en una isla al sur de
España, en donde se sitúa la Bahía de Cádiz, en el Atlántico andaluz, en esa en
la que se unen Cádiz y San Fernando, la isla de León, que a su vez es
atravesada por el moderno puente de la Constitución que le da continuidad con
el resto de la Península Ibérica, se abrieron por primera vez las Cortes
Generales que decían representar a la Nación española y dónde residía la
soberanía nacional, estableciéndose el principio parlamentario, la división de
poderes, y subordinando, de esta manera, el poder ejecutivo al legislativo.
Fue
en esas Cortes Generales donde se nombró la comisión que posteriormente
realizó un proyecto de Constitución que se promulgó un 19 de marzo declarándose
desde ese momento la soberanía de la Nación española y se abrazaba la religión
católica como la oficial del Estado, estableciéndose como piedra angular del
texto legislativo la Monarquía parlamentaria, con Fernando VII, la
independencia judicial y además, con el resto de medidas adoptadas en esas
cortes, el comienzo de la reconstrucción de un Estado, de una nación, España, después
de una larga contienda con las tropas napoleónicas derrotadas en la batalla de
Vitoria, 21 de junio de 1813, que marcó el fin de la dominación francesa y
la independencia de España de la tiranía impuesta por Napoleón Bonaparte y por
el rey postizo José Bonaparte (Pepe Botellas o el de Las Plazuelas).
Este
podría ser uno de los cientos, o miles de relatos de los que está salpicada la
historia de España. Una historia que avala con creces el nombre de nación que
lleva forjado en todos sus escudos de armas, y en los millones de documentos
que registran fielmente la trayectoria de un país único, rico en cultura, en
bellezas naturales y en tradiciones, un país que se ha ganado a pulso, siglo
tras siglo, ser la admiración de Europa y del mundo. Ser español es un orgullo.
¡¡Vaya
si importa España!!.
Las
innumerables guerras en las que se ha visto envuelta la nación española,
incluida la fratricida guerra civil (1936-1939), no ha impedido que la unión de
todos los españoles en los momentos difíciles sirva para hacer más grande si
cabe España, desde las Islas Canarias hasta los Pirineos, manteniendo siempre
ese espíritu constitucionalista que se bordó en el libro de oro de las Cortes
de Cádiz en 1810.
Han
pasado doscientos ocho años desde aquel histórico día. Nos remontamos ahora a
1978, un siglo y medio después de aquella memorable fecha. Una norma suprema
como aquella de 1810 iba a parir otra España constitucionalista. Un referéndum
universal celebrado el 6 de diciembre de 1978, sancionado también por un rey,
Juan Carlos I, veintiún días después hace nacer, en la conocida como transición
democrática, una Constitución hecha casi a la medida de aquella de 1810. Una
Constitución moderna que daría lugar a un estado democrático, social y de
derecho, donde los valores de libertad, justicia, igualdad y pluralismo político
formarán parte de la soberanía de la nación española, del pueblo, y como
aquella de las Cortes de Cádiz, con una monarquía parlamentaria.
La
Constitución de 1978, aprobada por el pueblo español tras la dictadura, se
fundamenta principalmente en la unidad de España a la que califica de
"nación indisoluble" en su unidad,
indivisible en su territorialidad y generosa en su solidaridad. España
es una nación democrática y libre, un Estado de Autonomías, no de naciones,
España es la nación.
¡¡Vaya
si importa España!!
Vivimos
momentos convulsos en la España democrática propiciados por una clase política incapaz
de hacer frente a los graves problemas que atenazan el crecimiento económico y
social, lastrada por una juventud dependiente, sin trabajo y con futuro
incierto, donde el empleo público aumenta el gasto y detrae de las arcas del
Estado el dinero que debería formar parte del bienestar de todos y de todas;
con una justicia dividida en su doctrina y escasa de medios, con una clase
política más preocupada de sus siglas que del bienestar ciudadano. Una clase
política que, lejos del acercamiento, está más por la labor del enfrentamiento
político que del diálogo, una clase política que está llevando en la actualidad
a la nación española a un cisma entre ciudadanos y políticos y a un
enfrentamiento entre comunidades que puede desembocar, si la cordura no lo remedia, en una división territorial sin precedentes y en un enfrentamiento fratricida
como aquel que nos condujo a la Guerra Civil del 36
¿Y
que importa España?, nos preguntamos todos los españoles. La respuesta es MUCHO.
¡¡Vaya
si importa España!!
¿Quién
quiere una España dividida, enfrentada, pobre, hundida, ningún español quiere
una España así. España debe permanecer como ha sido siempre, como esa gran nación de
la que sentirnos orgullosos, la que soluciona sus problemas, la que se levanta
pese a caer, la que lucha por su cultura, sus raíces, su historia. Una España
de diversidades lingüísticas pero comunes a un solo lenguaje, el español, el
castellano. Una España de autonomías unidas y hermanadas, solidarias y no
enfrentadas. Una España salpicada de estatutos que dan plena independencia a
cada una de sus regiones. Una España en paz, no en guerra, en progreso, no en
regresión, unida, no separada, solidaria, no insolidaria, de todos, no de
algunos, democrática, no dictatorial. Esa es la España que todos queremos y que
construyeron nuestros ancestros, a través de los siglos, con sangre, sudor y
lágrimas.
¡¡Vamos si importa España !!
Tanto
importa que, madrileños, vascos, valencianos, catalanes, murcianos, gallegos, canarios, castellanos,
leoneses, burgaleses, andaluces, mallorquines, ceutíes y melillenses vivimos
todos juntos, unidos bajo una sola bandera, bajo una sola nación, salpicada con
los colores de cada Comunidad Autónoma, llena de historia y de cultura, una
España hermanada e indivisible, y que otros pretenden dividir y separar,
enfrentar y hundir para escarnio de todos los españoles que lo único que
queremos es vivir en paz y armonía, esa paz y armonía que debemos entregar a
las generaciones venideras como fruto de esa unión de un país llamado España.
¿Y
que importa España? MUCHO.
Es
el país que queremos todos los españoles y que ratificamos en esa Constitución
de 1810 y 1978, el de una España de LIBERTAD, de PAZ, de HERMANDAD y de
SOLIDARIDAD. Esa es mi España y la de todos los españoles.
¡¡Vaya
si importa España!! MUCHO.
VEGUEROS
S.M.