lunes, 4 de junio de 2018

¿Y QUE IMPORTA ESPAÑA?


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¿Y QUE IMPORTA ESPAÑA? 

Por : Jesús Padilla


En Septiembre de 1810 en una isla  al sur de España, en donde se sitúa la Bahía de Cádiz, en el Atlántico andaluz, en esa en la que se unen Cádiz y San Fernando, la isla de León, que a su vez es atravesada por el moderno puente de la Constitución que le da continuidad con el resto de la Península Ibérica, se abrieron por primera vez las Cortes Generales que decían representar a la Nación española y dónde residía la soberanía nacional, estableciéndose el principio parlamentario, la división de poderes, y subordinando, de esta manera, el poder ejecutivo al legislativo. 
Fue en esas Cortes Generales donde se nombró la comisión que posteriormente realizó un proyecto de Constitución que se promulgó un 19 de marzo declarándose desde ese momento la soberanía de la Nación española y se abrazaba la religión católica como la oficial del Estado, estableciéndose como piedra angular del texto legislativo la Monarquía parlamentaria, con Fernando VII, la independencia judicial y además, con el resto de medidas adoptadas en esas cortes, el comienzo de la reconstrucción de un Estado, de una nación, España, después de una larga contienda con las tropas napoleónicas derrotadas en la batalla de Vitoria, 21 de junio de 1813, que marcó el fin de la dominación francesa y la independencia de España de la tiranía impuesta por Napoleón Bonaparte y por el rey postizo José Bonaparte (Pepe Botellas o el de Las Plazuelas).
Este podría ser uno de los cientos, o miles de relatos de los que está salpicada la historia de España. Una historia que avala con creces el nombre de nación que lleva forjado en todos sus escudos de armas, y en los millones de documentos que registran fielmente la trayectoria de un país único, rico en cultura, en bellezas naturales y en tradiciones, un país que se ha ganado a pulso, siglo tras siglo, ser la admiración de Europa y del mundo. Ser español es un orgullo.
¡¡Vaya si importa España!!.
Las innumerables guerras en las que se ha visto envuelta la nación española, incluida la fratricida guerra civil (1936-1939), no ha impedido que la unión de todos los españoles en los momentos difíciles sirva para hacer más grande si cabe España, desde las Islas Canarias hasta los Pirineos, manteniendo siempre ese espíritu constitucionalista que se bordó en el libro de oro de las Cortes de Cádiz en 1810.
Han pasado doscientos ocho años desde aquel histórico día. Nos remontamos ahora a 1978, un siglo y medio después de aquella memorable fecha. Una norma suprema como aquella de 1810 iba a parir otra España constitucionalista. Un referéndum universal celebrado el 6 de diciembre de 1978, sancionado también por un rey, Juan Carlos I, veintiún días después hace nacer, en la conocida como transición democrática, una Constitución hecha casi a la medida de aquella de 1810. Una Constitución moderna que daría lugar a un estado democrático, social y de derecho, donde los valores de libertad, justicia, igualdad y pluralismo político formarán parte de la soberanía de la nación española, del pueblo, y como aquella de las Cortes de Cádiz, con una monarquía parlamentaria.
La Constitución de 1978, aprobada por el pueblo español tras la dictadura, se fundamenta principalmente en la unidad de España a la que califica de "nación indisoluble" en su unidad,  indivisible en su territorialidad y generosa en su solidaridad. España es una nación democrática y libre, un Estado de Autonomías, no de naciones, España es la nación.
¡¡Vaya si importa España!!
Vivimos momentos convulsos en la España democrática propiciados por una clase política incapaz de hacer frente a los graves problemas que atenazan el crecimiento económico y social, lastrada por una juventud dependiente, sin trabajo y con futuro incierto, donde el empleo público aumenta el gasto y detrae de las arcas del Estado el dinero que debería formar parte del bienestar de todos y de todas; con una justicia dividida en su doctrina y escasa de medios, con una clase política más preocupada de sus siglas que del bienestar ciudadano. Una clase política que, lejos del acercamiento, está más por la labor del enfrentamiento político que del diálogo, una clase política que está llevando en la actualidad a la nación española a un cisma entre ciudadanos y políticos y a un enfrentamiento entre comunidades que puede desembocar, si la cordura no lo remedia, en una división territorial sin precedentes y en un enfrentamiento fratricida como aquel que nos condujo a la Guerra Civil del 36
¿Y que importa España?, nos preguntamos todos los españoles. La respuesta es MUCHO.
¡¡Vaya si importa España!!
¿Quién quiere una España dividida, enfrentada, pobre, hundida, ningún español quiere una España así. España debe permanecer como ha sido siempre, como esa gran nación de la que sentirnos orgullosos, la que soluciona sus problemas, la que se levanta pese a caer, la que lucha por su cultura, sus raíces, su historia. Una España de diversidades lingüísticas pero comunes a un solo lenguaje, el español, el castellano. Una España de autonomías unidas y hermanadas, solidarias y no enfrentadas. Una España salpicada de estatutos que dan plena independencia a cada una de sus regiones. Una España en paz, no en guerra, en progreso, no en regresión, unida, no separada, solidaria, no insolidaria, de todos, no de algunos, democrática, no dictatorial. Esa es la España que todos queremos y que construyeron nuestros ancestros, a través de los siglos, con sangre, sudor y lágrimas.
¡¡Vamos si importa España !!
Tanto importa que, madrileños, vascos, valencianos, catalanes, murcianos, gallegos, canarios, castellanos, leoneses, burgaleses, andaluces, mallorquines, ceutíes y melillenses vivimos todos juntos, unidos bajo una sola bandera, bajo una sola nación, salpicada con los colores de cada Comunidad Autónoma, llena de historia y de cultura, una España hermanada e indivisible, y que otros pretenden dividir y separar, enfrentar y hundir para escarnio de todos los españoles que lo único que queremos es vivir en paz y armonía, esa paz y armonía que debemos entregar a las generaciones venideras como fruto de esa unión de un país llamado España.
¿Y que importa España? MUCHO.
Es el país que queremos todos los españoles y que ratificamos en esa Constitución de 1810 y 1978, el de una España de LIBERTAD, de PAZ, de HERMANDAD y de SOLIDARIDAD. Esa es mi España y la de todos los españoles.
¡¡Vaya si importa España!! MUCHO.
VEGUEROS S.M.

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