Miguel Rodríguez Sánchez
Vega de San Mateo 1984
- La forma en que el arte afecta a la mente es uno de los grandes misterios de la cultura. En nuestra época la comprensión de la esencia y los mecanismos mentales del arte se han vuelto confusos, y se han visto enturbiados por el uso superficial de los conceptos de simbolización y abstracción (Juhani Pallasmaa)
No sé en calidad de qué, quiero escribir este texto-denuncia, en mi corta vida, larga ya en años, que se ha ido adaptando a las necesidades y oportunidades de cada momento, y desde luego sumando lo propio familiar, y quizás sea esta última el mejor motivo, ser hijo es lo más duradero, perdurable como la propia vida, siempre lo eres y, además, en mi caso de padre pocero.
Nos ha sorprendido, disgustado, que en la remodelación y acondicionamiento del espacio y lugar de ubicación del monumento
– escultórico, “Homenaje al Pocero Canario” obra del artista de La Vega Miguel Rodríguez Sánchez, diseñada, construida y donada altruistamente al pueblo de la Vega de San Mateo, la mencionada escultura ha sido modificada, transformada con multitud de colores, de forma contraria al espíritu e intención de su creador.
El mismo Miguel Rodríguez lo explicó hace treinta y siete años, es una obra en homenaje y recuerdo de aquellos trabajadores relacionados con el mundo de los pozos, en ella están las incisiones y tachones interiores a modo del sufrimiento de los obreros, los elementos que la componen piezas todas ellas necesarias para el desarrollo de la actividad, muy lejos de la tecnología actual, trabajo artesanal, manual y lo vital e importante, su color negro, el luto de los familiares, allegados y amigos de las muchas víctimas que trágicamente dejó el oficio.
En el acto de presentación del monumento, estaban viudas, hijos, familiares y amigos de poceros, también vegueros y vegueras emocionados, el propio artista que con lágrimas en los ojos depositaba una corona de flores al píe de la bella y negra escultura.
El Homenaje al Pocero Canario primero de los realizados en Canarias, hoy es patrimonio cultural de la Vega de San Mateo, memoria histórica de un oficio y sacrificio de muchos canarios, y especialmente de vecinos de Tinamar, obra que nació de la generosidad y creatividad de Miguel Rodríguez Sánchez, el pueblo de la Vega la asimila de forma natural y la ha hecho suya como legado artístico, y como lo que siempre fue, un negro y dramático recuerdo de un oficio en extinción.
Quienes pretenden confundir “bonito” con la belleza de una obra de arte, no hacen sino ofender a la misma, y en este caso no solo se agravia, además distorsiona el espíritu e intenciones de su creador y artista Miguel Rodríguez.
Es subsanable y reversible el error, pintarla según su color negro original es un acto de justicia, dejar al monumento con la esencia con la que nació y ha perdurado durante más de tres décadas, un acto de respeto a nuestro Legado y al artista.
Miguel Hidalgo Sánchez.