LA LUZ DEL CANDIL, EL TERCER ESTADO Y EL ABUSO CACIQUIL
Por: Jesús Padilla
La era romana ha sido siempre fuente de inspiración para todos aquellos gobiernos y naciones que tras el imperio recogieron sus riquezas y sus enseñanzas, su rica cultura y sus leyes. Roma fue para el mundo el pilar, el ejemplo a seguir tanto en gobierno, estructura social, económica y cultural. La forma de legislar, de administrar lo público y distribuir las riquezas, se asemeja mucho a los actuales países democráticos con su poder legislativo y su Senado. Pero no voy a hablar de las excelencias de un Imperio que aportó tanto a la historia y deja huella en el presente.
De entre las pequeñas cosas que aportó el imperio al mundo están las lucemas, esos candiles o lámparas de aceite que daban luz a los hogares empleando el aceite.
Pero había algo que destacaba y que quizás marcó de sobremanera el devenir de muchos países actuales y es que tenían una autonomía municipal amplia que la curia o senado se encargaba de constituir en lo que hoy conocemos, y antaño también, como Ayuntamientos. Estos Ayuntamientos eran regidos por magistraturas, las Duunviros y los ediles. La constitución del Imperio Romano o de la República romana estaba basada en un equilibrio en el que los órganos de gobierno se controlaban entre sí, Magistrados, Comicios y Senado. Salió precisamente de este control las siglas que aparecen en muchos de los estandartes del ejército romano, SPQR, o lo que es lo mismo SENATUS POPULUSQUE ROMANUS “El Senado romano y el Pueblo” la máxima esencia del poder en Roma.
Pero entre las herencias romanas podemos destacar por su singularidad lo que se denomina el “tercer estado” y el “antiguo régimen” ese tercer estamento formado por una población carente de privilegios, tanto jurídicos como económicos, que pagaban impuestos, pero no se veían favorecidos por ello, son los plebeyos romanos, la plebe, el pueblo llano y sencillo. Campesinos, artesanos, comerciantes, mercaderes, tanto en ciudades como en pueblos, y los mendigos que en su desgracia solo disponían del dinero que pedían, de las limosnas que le daban. Sobre todas estas clases había una figura predominante una lucema que brillaba entre las desigualdades de clases, el cacique, con su entramado clientelar, el fraude constante, y esa dependencia forzada por quien se aprovechaba de la desgracia de otros. El señor de vasallos, el que con su soberbia solo pretende hacerse temer y ser obedecido por los que considera sus inferiores. Hoy en día esa figura, desgraciadamente, sigue activa y escondida y mimetizada entre las bambalinas de la política, son esas personas que tienen excesiva influencia y poder en el seno de una comunidad, de un pueblo e incluso de una nación, de un país pero que mantiene viva la llama de la lámpara en el tercer estado siempre bajo la cacicada que no es sino el sinónimo de injusticia y atropello.
En La Vega de San Mateo todo parece dar un vuelco, no se si simulado, forzado, o simplemente de cambio. Quiero pensar que es el cambio. Ese cambio prometido por los que actualmente gobiernan en coalición en un municipio marcado desde hace años por una lucema que en vez de luz trajo la llama de la desunión, de la avaricia, de la codicia y de la gula, la plaga de los pecados capitales. Esos pecados que convirtieron el municipio en un tercer estado donde la figura del cacique se fortaleció y la injusticia y el atropello se hizo fuerte. Un municipio donde la falaz mentira, con crespón de postureo, se convirtió en insignia de un grupo de gobierno que ni supo ni quiso entender a su pueblo tan solo a aquellos que una y otra vez le palmeaban las nalgas y le apretaban los hombros para verse beneficiados de determinados privilegios, no solo materiales sino económicos, algunos tan escandalosos que me gustaría encontrar una explicación que me aclare como se puede obtener tanto con nada o tan poco, ni “la primitiva” da esa recompensa. Y al dicho me acojo, “el tiempo da y quita razones”. A algunos se las da ahora, como es el caso de los vecinos de Hoya Viciosa y El Cantillo y a otros les quita las de antes porque no eran razones sino cacicadas. Al César lo que es del César…
Aparecen ya los primeros rescoldos de lo que fue la gran hoguera donde se quemaron los recursos económicos de Vega de San Mateo. Entre las cenizas, no todo se ha quemado, podemos vislumbrar “Hoya Viciosa” su parque de casi 10.000 metros cuadrados, y otras dotaciones de gran relevancia para el desarrollo cultural y económico de nuestra Vega, que el negocio del "caravaneo" barato arrebató al pueblo, mientras se fustigaba y atacaba constantemente a los vecinos, noche y día, los 365 días del año, desde que el ínclito exalcalde Antonio Ortega les declaró en rebeldía y ordenaba a sus huestes la paralización de servicios básicos y permitía la violación sistemática de sus derechos constitucionales, como el derecho a la intimidad y el derecho al descanso, colocando un fielato, un control que impedía disfrutar a esa plebe, pese a pagar sus impuestos, de limpieza viaria, poda de árboles, tranquilidad y sosiego, etc., etc., convirtiéndolo dentro del propio municipio en un tercer estado donde el cacique designaba a quien se le daba algo y a quien no, y todo bajo la vigilancia constante y las amenazas continuas de los "nalgueros".
Doce años de eterna injusticia, doce años de atropellos continuados, doce años de una gestión no solo pésima, sino que ha dejado una marca de amargura y sinsabor en muchos de los que caímos en desgracia o nos vimos sometidos a las cacicadas de un individuo que utilizó la política y los votos para encadenar a su propio pueblo.
La herencia de Antonio Ortega es ignominiosa para este municipio. De aquellos veintitantos millones de beneficios, cifra dada a bombo y platillo por las huestes del antiguo régimen, recuerdo una frase de este Séneca deslucido de la política municipal “a ver cuanto le van a durar”.
Fíjense si sabía que es lo que había dejado atrás. Una enorme esponja capaz de absorber esos millones de euros que decía había dejado. Las deudas, los pufos, la nefasta gestión, y otras lindezas que saldrán con el transcurrir del tiempo. Y aún sus acólitos se atreven a criticar la gestión del actual grupo de gobierno. Como se ve que sus favores tocaron no solo sus privilegiados estatus sino su economía porque no se entiende tanta defensa a ultranza de un patético gobierno municipal que ha dejado un pufo, con tufo, de padre y señor mío que ni 20 ni 40 millones podrán solventar. Y encima Coalición Canaria le da refugio en vivienda para que se despache a gusto. Flaco favor al Gobierno de Canarias.
De sus causas judiciales pendientes, ahí siguen su curso esperando que se le de luz y que a nadie deja indiferente por lo escandalosas de algunas de ellas. El número, el 13 según me cuentan.
De San Mateo a Ucrania, de Ucrania a San Mateo. Muchas explicaciones en un camino de solidaridad convertido en insolidario. Insolidario porque dejar en un almacén los restos de aquello que supuestamente no se llevaron, en vez de entregarlos al banco de alimentos, a las personas, que las hay, de este municipio con necesidades acuciantes, da la catadura moral no solo de Antonio Ortega que se paseó a lo grande, por las crónicas recibidas, por esos territorios europeos mientras dejaba atrás la huella de la insolidaridad bajo la llave del egoísmo, sino de los que conformaron con él un grupo de gobierno para olvidar. Insolidario, dictatorial, clientelar, de despotismo exacerbado, derrochador y pendenciero.
La luz del candil se vuelve a encender con una llama débil, que poco a poco va dando claridad sobre las tinieblas dejadas por Antonio Ortega y Davinia Falcón, no nos olvidemos. brazo armado del déspota, la musa del postureo y del pasteleo barato, la que jamás ha estado cerca del pueblo porque como decían los vasallos, la plebe no es condición para la pastelera sino negocio. La luz del candil se enciende, y lo reitero, porque Alexis Ramos y su grupo de gobierno han ejercido lo que el cacique nunca ejercerá, el gobierno por y para el pueblo donde nació. No solo está a la altura del cargo, sino que lo supera con creces cargado de humildad, cariño, deseo, ganas e ilusión. Su pueblo es lo primero. Como debe ser con la luz del candil, al lado del tercer estado y sin el abuso caciquil que enarboló durante años Antonio Ortega.
Estos se creían el número neperiano de la política, y lo fueron , constantes pero en la irracionalidad. Se creían el ombligo del mundo y ahora, dito sea Dios, los salvadores de San Mateo. Me rio por no llorar.
Senatus Populusque Romanus (SPQR) “El Senado romano y el Pueblo” la máxima esencia del poder en Roma aplicado en Vega de San Mateo, con un grupo de gobierno actual sin tintes caciquiles, con transparencia, con honestidad y cercanía sobre todo para el pueblo y por el pueblo. Como debe ser.
VEGUEROS S.M.