¿AÚN NO TE HAS ENTERADO, QUE ES SER UN SINVERGÜENZA DE COLORÍN?
Por: Jesús Padilla.
“Un dolorido”
¿Quién no recuerda aquel famoso personaje de cuento que de niño nos atraía la atención por su singular osamenta de madera, ese personaje que tenía un padre carpintero, llamado Gepetto, que con sus maravillosas manos de artesano supo dar vida a Pinocho?
Pinocho, aparte de ficción, se hizo conocer en el mundo por sus travesuras y devenir con un tal Pepito Grillo, cantor nocturno, que no "Cantamañanas”. Se caracterizaban ambos por tener algo en común, eran mentirosos y farsantes. Pinocho cuando mentía le crecía la nariz y a Pepito Grillo le daba por cantar y contar sus penas, dándole bombo y platillo a las mentiras de Pinocho como si fuera su propia conciencia que le susurraba al oído.
Ahora las cosas han cambiado. El muñeco de cola y madera, se pudre, se cae, se tambalea, se ahoga, pero en sus propias mentiras. Pepito Grillo se esconde de su fracaso como animador de escenas enfrentándose incrédulo a la caída del personaje que su creador Gepetto, el carpintero de bigotes y canas, había colocado en el escenario creado para su obra, una obra teatral de mentiras y componendas. El mundo de Pinocho, en lo que afecta a este pueblo, afortunadamente toca a su fin.
En La Vega de San Mateo este escenario no es de cuento, es real. No es un escenario de ficción es como la vida misma y sus personajes de carne y hueso.
Me pregunto en muchas ocasiones, y cualquier ciudadano se lo pregunta, que hace tanto golfo en la política, que hace tanto desvergonzado, sin ética ni moral, carente de honradez y nula responsabilidad, devaluando la política. Triste realidad.
Nunca he ocultado ni dudado en fraguar en el papel mis pensamientos, pensamientos que considero tan puros y justos como democráticamente correctos. Es mi forma de proceder contra la intolerancia, la injusticia, el abuso de poder que algunos emplean en eso que llaman "su derecho".
"Aún no se han enterado", estos mercachifles, que el derecho, no el de ellos sino el universal, no es caprichoso, ni impositivo. "Aún no se han enterado, que no es una gracia impuesta por decreto municipal sino todo lo contrario, es una gracia fruto de una ley, la Ley de los Derechos Humanos.
“Aún no se han enterado algunos/as en este municipio de La Vega de San Mateo, que no se pueden pisotear los derechos ajenos, porque son parte del derecho universal. Derecho que se niega por orden y sistema, como un ictus arrebata al sistema límbico la voluntad del ser humano, sus emociones, sus deseos, sus instintos grabados con los años de vida, cercenando, apropiándose indebidamente, secuestrando la voluntad de todos y todas, la historia de todos y todas y el arte de todos y todas coloreando su forma para tapar la podredumbre de su fondo.
Aún no se han enterado que ser político es saber reconocer los errores. Nadie es tan perfecto cuando lleva tantos años mortificando a su pueblo, porque quizás se parezca más a un “pollo sin cabeza” que va dando tumbos de un lado a otro. Tumbos que más pronto que tarde le hará caer para no levantar cabeza nunca jamás. Es el destino de los tiranos.
"Aún no se han enterado" los delincuentes de la democracia que intentar frenar, parar, entorpecer y maniatar al ciudadano cortándoles sus derechos es un delito, perseguido y penado. Delito que solo ejercen los políticos ignorantes, los analfabetos voluntarios, y aquellos que al frente de un municipio demuestran su podredumbre y que solo ven el presente porque ya tienen ponzoña en sus ideas de futuro... eso que muchos ciudadanos definirían como ¡¡Pobre diablo!! Pero no, es simplemente un descerebrado.
Y a colación de lo que escribo, aún no se ha enterado el Alcalde de la Vega de San Mateo que al pisotear derechos ajenos no hay ley ni razón que avale sus injusticias porque "su derecho" es tan efímero como una gota de agua en el desierto, tan efímero como su cargo que hoy lo tiene y mañana lo pierde.
Los únicos que pueden ver eso son que le han votado, pero, ¿Oh sorpresa! ... dicen no le votarán nunca más, y es verdad, me lo creo porque la soberbia, la avaricia, la injusticia, la venganza, en definitiva, los vicios ocultos de su mandato serán su tumba política.
Y es que la ira hacia los demás que no piensan de la misma manera de su nefasta gestión política, y yo estoy entre esos “doloridos”, “caballero y damas”, lenguaje usado por el ínclito y más propio de soberbia machista que incita a la lujuria y a desatar su banal comportamiento ¡Pobre diablo que camina sin rumbo bajo el paraguas de la inmundicia de sus actos! Diría Calderón de la Barca, que pena que no lo hiciera.
Escribo en esta página porque soy libre de ideas y de pensamientos. Es este espacio la muestra de mi libertad que va más allá de intereses personales, de ideales contrapuestos y rancios, de comportamiento dictatoriales, de injusticias y de intolerancias, de insolencias y maltratos. La diferencia con lo que dice un dictador es que esas palabras, esos pensamientos, emanan del pueblo, porque escucho, no oigo, hablo y dejo hablar, me expreso para intentar mantener ese derecho universal porque los acoge a todos. Es así el derecho a la palabra y a la opinión.
"Aún no se ha enterado el Alcalde de La Vega de San Mateo" que jamás podrá ni vencer ni doblar las rodillas a quienes la libertad proclaman, porque su fuerza radica, emana y fluye de la voluntad popular. Voluntad limpia, clara, transparente, de los que aman la libertad y la democracia. Y se nos llena la boca, se nos llena porque somos comunicadores de un mensaje que atraviesa barreras, mueve gobiernos, levantan países, despiertan conciencias, aplastan dictaduras, acaban, en definitiva, con el mal... ese mensaje de libertad que el miedo no logrará borrar nunca ni de mi boca, ni de mis pensamientos, ni de mi pluma. No sea usted tan dictador porque su futuro no está ni estará en la política. Quizás pueda estar en el personaje de Pinocho, en el de Gepetto e incluso en el de carpintero de muñecos que puedan escenificar sus mentiras, componendas y bravuconadas.
"Aún no se ha enterado" el alcalde de La Vega de San Mateo que mil carreteras, mil museos, mil aparcamientos, mil embotelladoras, mil promesas, mil bailes y orquestas, mil palmeros, no pueden condicionar el voto libre y la libertad de su pueblo para elegir a quién no le pisotee sus derechos y sus libertades.
Vale más una imagen que mil palabras... La escultura en homenaje al pocero era negra y debe seguir siendo negra y no lo digo yo lo dice la Ley 11/2019, de 25 de abril, de Patrimonio Cultural de Canarias, que obliga a los ayuntamientos a gestionar y mantener los catálogos municipales de bienes culturales y a notificar al Cabildo Insular de Gran Canaria la existencia de cualquier acción u omisión que suponga no solo riesgo de destrucción sino deterioro de sus valores. Me da en la nariz que usted no ha hecho nada de eso o dirá que no le afecta, como parece ser no le afecta ninguna ley porque siempre hace lo que le viene en ganas. Es la típica salida de los que alegremente destruyen la cultura y solo construyen para llenarse los bolsillos.
La escultura es pieza única y original, no es una copia porque no hay dos iguales y por lo tanto tiene una protección especial. Y no es suya ni de sus palmeros, es del pueblo de San Mateo y homenaje para aquellos que luctuosamente perdieron su vida en los pozos. No mezcle usted un motor con una pieza escultórica, no se comporte usted como un “petardo ignorante”, que se le supone no es. La escultura es un bien cultural, el motor es un bien histórico. Aceite y agua, agua y aceite
¿Se ha enterado usted Sr. Alcalde?
Y por si no tuviera claro lo que trato de decirle le dejo esta grabación, auténtica y real de porqué el autor de la obra quería que esta fuese de color negro.
No es mi voz, es la de Miguel “El Herrero” que todos los que le conocemos, y al que admiro, no está en condiciones para darle la respuesta que se merece después de que un insensato usurpador de la obra de un artista le quitara su sentido cambiando del negro a colorines que solo representa la desvergüenza, la falta de ética, la inmoralidad y la nula honradez como si de un golfo mentiroso y manipulador se tratara. Quisiera pensar que no, pero me lo pone usted muy difícil.
Retorne usted la escultura a su color de origen. No es un colorín de Pinocho, ni un escenario de Gepetto, representa el dolor de muchas familias que perdieron en esos pozos a sus seres queridos.
El luto no se viste de colorines, eso en carnavales, el luto se viste de negro como símbolo de respeto. Se lo dejo escrito para que no haya ninguna duda a ver si sus cortas entendederas quieren pillar el mensaje.
¡Ah! y lea usted más a Umberto Eco que no le sople ningún/a soplagaitas lo que tiene que decir, ni le coma la soberbia, es usted el Sr. Alcalde.
¡Faltaría más!